Me recreo en cada una de mis obras y las presento aquì, para el placer de todos. - Edith -
13/11/11
LA EXCUSA
“Estaban ahí
delante de mío,
se besaban
y el mundo
era de ellos dos”...
Camila recordaba este pasaje cada vez que la tristeza la invadía. Lo había leído en un poemario hacía más o menos dos años.
-¡Tanto hace del accidente! – suspiró esa tarde.
Mario regresaba de la universidad cuando un auto rojo le cortó la vida. Se enteró de lo sucedido una semana después, cuando todo había pasado y las cenizas de su hombre flotaban en el mar.
-Tengo que seguir viviendo – se dijo – No puedo, aunque quisiera, morirme con él.
Esa tarde de frío salió a caminar por el parque, el pasto crujía bajo sus pies y el viento gélido no perdonaba ni a las pálidas estatuas. Allí los vio, como en el libro de poemas, delante de ella besándose apasionadamente. Nadie hubiese previsto que Juan Cruz y Paola se estaban despidiendo para siempre. Nadie y menos Camila.
-Esto es lo último que te doy – gritó súbitamente Juan Cruz y se fue dejando a Paola envuelta en frío y lágrimas.
-¿Qué te pasó - quiso preguntar Camila acercándose.
No llegaron a hablar, escucharon una frenada brusca y al girar hacia el lugar, de donde surgía el estruendo, se encontraron con él... Juan Cruz... Mario... tirado en el pavimento.... sin vida. Paola corrió como loca. Camila retrocedió en el parque y se desmayó. Cuando despertó estaba en la cama de un hospital, no entendía nada, no conocía a nadie y para peor, no recordaba quien era.
Por más que le mostraran fotos, que dos señoras se esforzaban en hacerle saber de su vida, ella no quería volver a saber quién era; quienes eran esas dos señoras y menos, qué le había pasado.
A la semana le dieron el alta, llegó a lo que todos decían que era su casa, vio lo que todos decían que eran sus libros. Pero a ella no le interesó en lo más mínimo; pidió quedarse sola y eso hizo, a pesar de los terribles reproches.
Se recostó en una cama mullida y junto a la almohada descubrió un libro, tenía marcada una página con una rosa, la abrió y leyó...
“Estaban allí
delante de mí,
el sol los besaba
apasionadamente,
el mundo era de ellos
... Los Amantes.”
Mario Scussa
Lágrimas y más lágrimas, lloraba y no sabía por qué.
-Mario ... mi Mario... no me conocían...por eso no me avisaron...Creían que Camila era una excusa... que él era soltero... ya era tarde...no me despedí – esas palabras comenzaron a brotar de sus labios, no quiso saber el significado, no quiso entenderlas, solo las repetía como una vieja canción.
Se descubrió caminando por la costanera, repitiendo una y otra vez los versos que llegaban a su memoria, peligrosamente cerca del río...
Lunes 29 de abril de 2001, el diario amaneció dando la peor noticia del siglo....
“Camila de Scussa, historiadora ilustre, viuda del escritor Mario Scussa se había suicidado, entre sus restos encontraron un poema:
“Estaban ahí
delante de mí,
se besaban y
el mundo era de ellos dos”.
Camila
(2002)
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1 comentario:
Tópico inverso al de los siervos que coinciden en la fuente...
Las almas recortadas a medida.
College Virgo Rosae
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